Hubo una vez un tiempo en que las universidades, cumpliendo su cometido de siglos, formaban hombres y mujeres capaces de impulsar cambios sociales. A veces esos cambios eran específicos al área de su disciplina de estudio pero muchas otras veces lo eran también de aquellas subjetividades que sustentan las sociedades, es decir la relación de los hombres entre si y con el poder que los organiza como un todo.
La legitimidad de ese Poder se fue degradando con las décadas con la *no* participación de indispensables actores sociales. Uno de los elementos de esa degradación es la pérdida de la capacidad transformadora que le corresponde a las nuevas generaciones y que en otros momentos se encausaba en las universidades.
La apatía, el desinterés y el desencanto que cubre a la mayor parte de las personas no es azaroso sino funcional a la hegemonía dominante.
¿Cómo rompemos esta barrera de hielo que han construido entre el fuego de las transformaciones sociales y los anquilosados castillos de un sistema de vida impropio a la condición humana?,
¿Cómo despertamos de la apatía, el desinterés y el desencanto a tantos compañeros que nos rodean?
¿Cómo logramos que la Universidad cubra el espacio que debe en esa ruptura?
La respuesta no es ni individual, ni sectaria, ni partidaria. La respuesta es la suma de todas las respuestas ofrecidas, sumadas y articuladas a una lucha en común donde las mezquindades se dejen de lado.
¡Eso no sólo es posible sino indispensable y urgente!
conozco tu militancia por las causas sociales y tu emprendimiento universitario. Es un placer leer tus reflexiones en el blog de Bumerang; mas aun, te he escuchado por FM y seria un honor para nosotros que un dia tambien llevaras tus reflexiones al aire por nuestra Radio Bumerang Argentina porque es con las acciones multiplicadoras que se puede mejorar una sociedad.
ResponderEliminarPettro
gracias Pettro
ResponderEliminar. . . pocas cosas me conmueven más en la vida que ver a nuestras nuevas generaciones con fuerza y entusiasmo intentando mejorar el mundo que les rodea!!!
De igual manera, pocas cosas que duelen más profundo que la apatía de los más jóvenes...
Compredí que muchos jóvenes tienen una necesidad imperiosa de polarizar sus vidas tras una causa justa y que en ocaciones es el descreimiento de sus mayores lo que frena y aún frustra esa fuerza a futuro.
Doble responsabilidad la de nuestra generación entonces!!!
Abrazos y mis aplausos por vuestro trabajo.
Didi