domingo, 1 de abril de 2012

CHOQUE DE CULTURAS - por Pettro

Acaso 6 meses pueda ser mucho tiempo o tal vez poco, todo depende desde el ángulo de vista que uno mire las cosas. Recuerdo que le dije a Vipi si podía asumir sola la dirección de la radio porque yo me iba a la Argentina y como andaría linyerando por varias provincias y en ciertos lugares inhóspito yo no podría estar presente.


En Argentina la gente también tiene dos ojos, una nariz, una boca, dos brazos y hasta el sexo entre las piernas, como aquí. Todo parece igual, salvo las costumbres cotidianas. Eso que le llaman cultura.

Después de 6 meses regresé a Francia y me encontré con el primer choque cultural. A mi hija se le ocurrió preguntarme si continuaba con mi dieta. Tonto de mí le dije que sí. En Argentina mi dieta consistía en asados, achuras, empanadas, cordero al horno con papas, sorrentinos caseros con salsa de pollo, dorados del Parana asados a la parrilla envueltos en papel de aluminio con limón, pucheros con choclos y batatas, hasta un guiso de mondongos me hicieron. La dieta era simple: comer moderadamente. Era el consejo que me daban cuando me ponían un plato de locro en pleno verano. Pero esa dieta me parecía justa.

La primer cena que me sirvió mi hija fue: de entrada una bolita de arroz con queso y atún acompañada de ensalada verde. Después puso frente mío una diminuta costeletita de cerdo con salsa de champignon y papitas hervidas al vapor. Me cagué de hambre! Sin embargo no podía decir nada, porque mi nieto “el señorito” me iba calculando las calorías con una calculadora en la mano. Ademas, cada que mis ojos se ensombrecían, mi hija miraba sin disimulo la balanza electrónica que tiene bien a la vista. Lo único que le faltaba eran dos luces para que se parezca al obelisco donde todos van a protestar. Si hubiera sido allá, seguramente yo le echaría la culpa a Cristina. En Argentina es mas simple: la culpa de todo la tiene la Presidenta. Aquí las cosas son diferentes y tuve que contener los insultos contra la balanza porque me acordé que fui yo mismo que la había comprado hace un par de años.
Yo soy ladrón de besos y cuando una chica joven y lindona se me pone al frente, aunque sea para preguntarme la hora, yo aprovecho para robarle un beso. Es una cuestión cultural. En Argentina tenía que cuidarme muchísimo, porque cada vez que le robaba un beso a una chica ya se creía que estábamos de novio. Y en las pocas veces que caí en una cama me preguntaron cuando nos casábamos. Sin duda los choques culturales son grandes! Los últimos meses decidí ser monje y me encerré en una casa en plena sierra cordobesa para evitar las tentaciones!

A mis nietos les enseñé algunas palabras nacionales como para que vayan impregnándose de sus raíces. Era una cuestión cultural le expliqué a toda la familia. El problema se me presentó cuando fui hacer compras al supermercado porque mis nietos son locos por mis pizzas. Aquí las cosas se pagan en euros y los anteojos se me empañaban de lagrimas. Pero a la noche les hice las pizzas. Todo iba bien hasta que mi nieto “el terrorista” dio el primer mordisco y se le ocurrió ver lo que había debajo del queso: “Che abuelo, esta pizza es trucha, apenas si la has pintado con colorante para hacernos creer que es salsa de tomate”. Me costó hacerle entender que no se dice trucho sino industria nacional. Entonces me digo que ser argentino me va a traer problemas. En 6 meses se me pegaron muchas costumbres argentinas, y cuando estaba pasando música en la radio le pedí con toda ternura a mi novia que me alcanzara el cenicero. Ella se apoyó en el marco de la puerta de mi oficina y me respondió en francés con un cariño maternal (la traducción es mas o menos textual): “Che boludo, me haces venir desde la cocina donde te estoy lavando los platos que dejaste anoche, solo para que te alcance el cenicero que esta al lado tuyo?”. Pero cómo explicar que las costumbres de industria nacional se pegan rápido?

Lo cierto es que de tanto en tanto charlábamos con Vipi y me comentaba que habíamos tenido en RBA algunas deserciones entre los djs y que estaba haciendo malabarismo para poder mantener la programación. Sin dudas estábamos perdiendo oyentes. Era una sensación lógica que ella tenía; pero hace una semana yo recibí un correo en francés muy formal del servidor que alberga nuestra pagina web donde nos explicaban que ya estábamos a punto de saturar nuestra pagina web. RBA tiene una capacidad de 2500 visitas hora, uno mas que entre se cae la pagina.

En cuanto me senté frente a mi pc, lo primero que hice fue controlar el correo de la radio. En 6 meses de ausencia había 1872 mails! Un promedio de 312 correos por mes. Pas mal! Dirían los franceses, claro que yo vengo con la cultura argentina pegada a la piel y exclamé: la puta madre quién va a leer todo eso! Yo ni en pedo me iba a poner a leer todos los correos así que fui eligiendo algunos de los idiomas que balbuceo o que puedo adivinar. La mayoría eran de oyentes que preguntaban: qué paso con el uruguayo de “Tacones Lejanos” que no se los escuchaba más, o si el chaqueño Doc se había vuelto a enamorar porque los poemas que leía últimamente son con edulcorante, o si el mexicano ya se había casado con la argentina o estaba viviendo en el pecado, o por qué la Nessy no hablaba más sobre las funciones de las computadoras, o querían saber cuantos años tiene la dj que habla de cine, o si a la caraqueña se le había cerrado la ventana en la nariz porque ya no la escuchaban los jueves. Hasta leí un correo que desde Australia me proponían casamiento! Fue allí que decidí borrar todos los correos para empezar de nuevo. No vaya a ser que me reclamen la paternidad de algún crío por allí! En la radio empezaremos otra etapa.