Entre justicia y sociedad - Juan Carlos Montenegro

Diario los andes - jueves, 04 de marzo de 2010



La Unión Argentina de Trabajadores Rurales y Estibadores, detectó a niños y adolescentes trabajando en la cosecha de tomates en el distrito de Palmira, Departamento de San Martín.


Por ello, se realizaron actas de infracción, “por haber constatado trabajo esclavo infantil”

Quizás lo más injusto de la mala distribución de la riqueza en nuestra o en cualquier sociedad, se traduce en robar la niñez o la ancianidad a nuestros hermanos…….., algo que cada día es mas común, convirtiendo a las victimas en culpables, algo fomentado por los grupos dominantes, que fomentan un supuesto “orden” y que ya es parte del siniestro negocio de la explotación social.

El “orden” fue la preocupación que dio origen a las ciencias sociales, en particular a la “sociología académica” conservadora, luego de las transformaciones industriales que sucedieron con el inicio del capitalismo europeo a fines del siglo 18 y principios del siglo 19.

¿Cómo restablecer el imaginario de valores colectivos, sin reglas, erosionado por las consecuencias del salto de una sociedad basada en relaciones cercanas y cohesionadas por la religión y una economía feudal, a otra que perfilaba por entonces anárquica y caótica, focalizada en el desarrollo de la ciencia y la técnica, bajo la égida de la burguesía como nueva clase dominante?

Fue una transformación radical de las estructuras sociales, políticas y económicas que, revolución industrial y revolución francesa mediantes, nada sería igual en el mundo. Fue entonces cuando “el orden” se constituirá como problemática dominante de los cientistas sociales. Mientras que para algunos había que volver al orden viejo, otros propugnaban “ajustar” el desorden inevitable e irrefrenable creado por el populacho y por la clase burguesa emergente que se volvía cada día mas conservadora, tratando asi de olvidar sus raíces populares. Por ello muchos de los sociólogos que dieron inicio a la disciplina en términos científicos construyeron teorías explicativas que dieron un sentido a todo lo que ocurría, y, forjaron, modelos de funcionamiento social para los nuevos tiempos.

En fin, sean Augusto Comte o el Conde de Saint-Simón; o los conservadores religiosos Bonald y Maistre quienes propugnaban en Francia la contrarrevolución; todos, se ajustarán a la misma problemática: el restablecimiento del orden social. De allí vienen entonces, con fuerza histórica, nociones como orden, cohesión, valores. Todo lo que en aquel entonces había sido trastocado por la aparición de un nuevo modo de producción denominado “capitalismo”.

Más de 200 años pasaron, sin embargo, serán los alemanes Max Weber y Karl Marx quienes elaborarán las teorizaciones más sólidas para explicar lo que sucedía con el nuevo orden fundante. El primero atribuirá al espíritu protestante y la ética del ahorro el origen del capitalismo en los países centrales, atributos motores para el desarrollo; mientras que para Marx, serán las fuerzas productivas las que llevaron a la creación o imposición de un nuevo mundo basado en la extracción de plusvalía de una clase sobre el trabajo de la otra. Burguesía y proletariado como dos caras de una nueva moneda, en continuo e incesante antagonismo. Es decir, para Marx, el proceso revolucionario de la clase burguesa para instaurar el modelo capitalista en todas su dimensiones, se detendrá y se hará conservador cuando los campesinos y proletarios pugnaban por profundizar el cambio. El capitalismo vigente, no hace más que corroborar aquellos inicios.

A 200 años del nacimiento del pensamiento social, la precariedad de la clase trabajadora, y en la voracidad de la “emergente” clase media, se le suma el penoso trasfondo social, donde la pobreza y el hambre no pueden esperar. Ahí es donde las noticias ponen el foco y desvían “otra” realidad, no menos importante, haciéndola aparecer como “realidad natural”, a algo que no lo es y que solo se funda en una mala distribución de los recursos. Sin decirlo (en eso consiste la función de la ideología) se asimila la desigualdad estructural de un modelo social altamente injusto, transformando las asimetrías a “causas naturales de la sociedad”. Una especie de “darwinismo social” donde se homologan aquellas causas a los mismos efectos (pobreza deben asumirse desde la resignación social para el discurso del poder).

La intervención tardía y clientelista del Estado, para aminorar los efectos sin atacar las causas, entonces es mal vista…., ya que atenta directamente sobre el orden natural e impuesto.

Los planes sociales nacieron para evitar la pobreza extrema, es subsidio dadivoso generado por los grupos dominantes….., de la misma manera que se generan los subsidios a la energía, a las exportaciones mineras o la vista gorda a la explotación y el agotamiento de suelos y de aguas, para la explotación de la soja, que elimino la “Patria Ganadera” sustituyéndola por la “Patria Sojera”.

Es por ello, que cuando vemos en los diarios notas sobre el trabajo esclavo infantil, se nos encienden luces de alarmas, ya que si con los subsidios estábamos lejos de “la justicia social”, con esto nos acercamos más al estado feudal en donde solo vale la palabra de algunos señores.

Juan Carlos Montenegro