"Ajos y diamantes" por Juan Carlos Montenegro

El año pasado, un grupo de trabajadores rurales, entre los que había muchos de los denominados golondrinas, se rebeló en Mendoza, contra la formación de pseudo-cooperativas de trabajo, que formaban los plantadores y los acopiadores de ajo, para burlar las leyes sociales y la explotación del trabajo infantil….., hecho este que fue reprimido brutalmente por la policía de Mendoza, y en donde tres semanas después del acto de represión, muere en el Hospital Central de la Provincia uno de los líderes de la protesta debido a la paliza recibida.

Estos hechos apenas fueron mostrados por los medios locales y absolutamente desconocidos por los medios nacionales…., todo lo que pasa más allá de la Avenida General Paz no tiene importancia y menos prensa.

Solo y gracias a la preocupación y la denuncia de Osvaldo Bayer, se llevó el caso a tribunales internacionales y durante algunos días, el ministro de Gobierno y la Secretaria de Trabajo de Mendoza hablaron sobre la explotación infantil, realizando allanamientos de fincas que lógicamente en el mes de Agosto, a noventa o más días de la cosecha se encontraban vacías…, por lo que respetando los intereses de los plantadores y acopiadores de ajo, minimizaron el hecho. 

Ahora en plena época de cosecha no existen inspecciones, la gente que viene del norte a aportar a la economía de Mendoza , realizando la cosecha de un producto que es exportado, en donde por ejemplo en un Supermercado de Sao Paulo una cabeza de ajo llega a costar U$S 1,5 lo que nos da que con 5 cabezas diarias pagan el jornal de un trabajador, que vive en una carpa, que no cuenta con sanitarios y que toma agua de una acequia para riego, que en la mayoria de los casos no es potable…., un trabajador que esta indocumentado, que no tiene acceso a la salud, a la educación, ni a un subsidio por niño.

Hace un tiempo, vimos masivamente “Diamantes de sangre”, el proceso de los diamantes surgidos por trabajo esclavo o por guerras, esto que he contado se ajusta técnicamente a las mismas prácticas, son nuestros ajos con sangre…, de los que protestan y del trabajo esclavo de los niños.

¿No será hora de hacer un boicot o de solicitar que en el etiquetado de las cajas de ajos, se diga explícitamente que ese producto no fue hecho con trabajo esclavo o en negro ?
Si no participamos y exigimos igualdad de oportunidades, la democracia en poco tiempo será una mala palabra

JUAN CARLOS MONTENEGRO