Sin embargo es necesario tener en cuenta que, cuando hablamos de la historia lo hacemos parados sobre la tumba de nuestros antepasados, y por más que quisiéramos sentirnos autóctonos no podemos dejar de ver que el proceso identitario parasitó todo eso y nuestros antepasados no son únicamente los aborígenes, son también los mestizados con otros mestizos, inclusive con nuestros "descubridores". Es decir que somos el resultado híbrido de una tradición, y eso implica las distintas formas de relacionarnos con el entorno y el mundo. Debemos ser conscientes que la visión que tenemos no es la nuestra individualmente sino la de todos los otros que nos componen y con lo cuales nos fuimos individualmente construyendo.
Las cosas pasan a ser otras cuando cambian de nombre y, según dicen los semióticos, "una palabra configura y da existencia a los fenómenos de la realidad". De todas maneras, una cosa es cierta, este hecho condicionó la evolución política, social y económica de los siglos que le siguieron.
Sin saberlo, Cristóbal Colón vino a protagonizar uno de los acontecimientos más importantes de la historia, aún cuando estuviera convencido que había llegado a la India, sin sospechar que había metido los pies en un nuevo continente 4 veces más grande que la Europa, porque fue bastante más tarde con Núñez de Balboa (1513), Francisco Hernández de Córdoba (1517) y Juan de Grijalva (1518) que se vio que no teníamos nada que ver con la India.
El florentino Américo Vespucio que, entre 1451 y 1512, recorriendo las costas norte de América del Sur, los litorales de Brasil y el sur de la Patagonia pudo verificar, sin descubrir ni una aldea, puesto que él sólo exploró lo que otros ya habían descubierto, que ese era un nuevo continente. Fue el más pícaro y se llevó los honores ¡Viva Américo! ¡Viva América!
¿Es que Colón fue el primer tipo que puso sus pies en estas nuevas tierras? Hay docenas de versiones, unas más contradictorias que otras, inclusive versiones que despiertan sonrisas. Se dice que los vikingos anduvieron antes, y hasta hay quienes afirman que fueron los marcianos que anduvieron haciendo turismo bien antes que los españoles y construyeron las pirámides mayas, ya que ningún ser humano hubiera sido capaz de hacer eso. La última versión viene de la China donde parece ser que ellos ya estuvieron comiendo arroz con nuestros indios antes que Colón.
¿Qué importancia tiene si fue Colón u otro? De todas maneras hubiera ocurrido en cualquier momento, porque la teoría de esfericidad de la tierra ya estaba circulando por todos lados y, con los inventos de la brújula que se podía saber siempre donde estaba el Norte, y el astrolabio con el que se podía medir la altura y la posición de los cuerpos celestes, marcando la latitud y longitud de una ubicación, los marinos ya se aventuraban con mayor seguridad.
Lo cierto es que la historia es cuestionada en permanencia. Sin embargo, el problema no está en quién la descubrió sino en cómo se abordó este acontecimiento. Donde la "historia" por momentos parece olvidar que ese hecho fue uno de los mayores exterminios de las poblaciones autóctonas, la aniquilación casi total de las grandes culturas precolombinas, la transformación de hombres libres en esclavos y el desplazamiento de pueblos enteros hacia regiones que se consideraban que no eran útiles.
De todas maneras, con el tema de la América y de la construcción del continente eso implicó la construcción de un mundo diferente. América es una identidad y que nace primero que Europa. Es precisamente a través de la inclusión de la cartografía y de la inclusión de dicha región en el mapa, que un territorio al cual hoy nos referimos como Europa y que, hasta entonces, era periférico dentro de la geopolítica de 1492, pudo pensarse como centro del mundo y ese mundo se convirtió en el planeta, se convirtió en El Mundo y la historia se convirtió en La Historia.
Recordemos que Europa estaba en ese momento en que podía pensarse así misma como conquistadora y fuertemente ligada con el colonialismo castellano y la religión católica. Entonces vemos que el concepto de América Latina, no es solamente un nombre con el cual designamos a una parte del subcontinente. Si observamos más claramente, nos damos cuenta que Haití es excluido del concepto de Latinoamérica y se lo coloca como "caribeño", porque detrás del concepto "América Latina" hay un fuerte contenido racista. Fueron las blancos criollos quienes posteriormente a la independencia asumieron la condición de latinoamericanos, pero fue para resaltar su pasado europeo. En este pasado europeo no entraban las comunidades aborígenes que no hablaban español y, de allí en adelante, la historia del continente es una "historia blanca"... ¡Carajo, nos han parasitado las hormonas, y hay quien nos quiere hacer creer que, cuando hablamos de América Latina, lo hacemos en nombre de nuestros antepasados autóctonos!
(con la autorización de “Chambre à part”)
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