En primer lugar y como uno algunas veces lo dice darse cuenta que es un privilegiado al gozar de los beneficios que la tecnología nos da, en abrirnos a conocimiento instantáneo, llegar a lugares que antes nos llevaría días y poder interpretar su entorno, comunicarnos de forma rápida y eficaz con cualquier parte del mundo.
Pero también me di cuenta que todo ello, nos encierra en nosotros mismos y nos lleva a un mundo que bordea lo irreal, ya que la virtualidad no es más que eso, aunque a por ella demos saltos que de otra manera seria imposible.
Por ahí me pregunto que hermoso hubiera sido tener estas herramientas en mi adolescencia o primera juventud…., pero también me respondo que me hubiera privado seguramente de conocer mucha de la maravillosa gente que hoy me rodea, como también de asistir a hermoso atardeceres, a largas caminatas y a experimentar cosas que solo se hacen en aquellos lugares que ahora vemos en la pantalla.
Hoy veo que aquello que llamo a veces lentitud, no es otra cosa que calidad de vida, en el ritmo que invita a una comunión con los semejantes, como con el medio, algo que el reloj, el trabajo y la sobre imposición de cosas nos hacen perder…., o quizás nos sirven como motivo para no comprometernos en aquellas cosas que realmente valen la pena para el crecimiento de nuestra patria interior.
Por otro lado, el hecho de no estar saturado de noticias que no informan, sirven para tener otra dimensión de la realidad, aquella que sucede lejos de los multimedios, de la General Paz y de los que nos condicionan en el direccionamiento de lo que es la verdad y la necesidad de nuestra sociedad.
Ver que el campo, no es el campo que salio a protestar en contra de la 125 que protegía a los menos afortunados y mas dedicados a las verdaderas labores agrícolas…., ya que aquellos que fueron contra la 125, son los que viven en las ciudades, que como lugartenientes visitan “sus tierras de vez en vez y de cuando en cuando”, sino la tienen alquilada a los grandes grupos económicos trasnacionales y que se visten en “boutiques de cosas nuestras” para mostrar una falsa identidad.
Ver que aquellos que tenemos el privilegio de tener a disposición estas herramientas, la usamos para el ocio y no para la difusión de un compromiso social, que a esta altura del campeonato debería ser mas universal….., quizás por que estas pequeñas licencias nos acercan hipócritamente mas a la vidriera de los ricos y famosos que cada vez sienten mas asco por el pueblo.
A veces y aunque cueste, el trabajo de campo no solo libera el cuerpo del estrés, sino ayuda a despojarnos del lastre careta que llevamos, para mostrarnos quienes somos y cual debería ser parte de nuestro periplo, por lo menos en nuestro compromiso con la sociedad y la cultura que nos rodea.
Juan Carlos Montenegro
Leyendo este posteo me hizo recordar a una charla que tuve con un amigo no hace mucho. El me contaba que cuando chico y vivia en el campo su sueño era ir a pasar unos dias a la ciudad y ahora que vive en una gran ciudad su sueño es ir a pasar unos dias al campo. Esto me hizo pensar en el mundo de contradicciones que vivimos permanentemente; mientras las nuevas tecnologias (internet, telefono) nos abren las puertas a la comunicacion con gente e informacion lejana mas nos aisla del mundo cotidiano de la realidad. Mientras mas nos vamos informando de los acontecimientos que seceden en otras partes mas nos vamos divorciando de nuestra participacion concreta en la vida de nuestro propio pueblo o barrio. Pro esto tiene que ver tambien con que la tecnologia salvajamente empujada es parte de un sistema materialista y en posecion de los paises o grupos privelegiados.
ResponderEliminarMuy interesante la reflexion del Rngau porque no siempre somos capaces de mantener un equilibrio entre realidad y virtual.
Pettro