sábado, 3 de mayo de 2014

Ah la Torre Eiffel en París! Por Juan Carlos Alarcon (Pettro)

A veces pasa que cuando nos vamos de vacaciones, no miramos con regularidad la bandeja de entrada del correo, y así fue que buscando otra cosa, me encontré con este  texto que Pettro había enviado para el blog ... y que yo no había visto en su momento. Con las disculpas del caso, los invito a recorrer nada menos que la Torre Eiffel !
Silvia


Cuando el aire no está contaminado y el día está bien despejado yo puedo ver la Torre Eiffel desde la ventana de mi casa, y eso que vivo a 15 km de París. Reconozco que verla de noche iluminada es agradable. Por tercera vez turistas argentinos me dijeron: “no creía que fuera tan alta”.
La torre fue creada para la Feria Universal de 1889 como una vitrina del saber científico y de la superioridad técnica de Francia. Pero me engañaron, yo siempre creí que la Torre Eiffel había sido del Gustave Eiffel. No, no es cierto. El concepto original fue imaginado por los ingenieros Maurice Kœchlin et Émile Nouguier y los primeros planos los retocó el arquitecto Stephen Sauvestre para darle un estilo más estético. Claro, ellos trabajaban en la empresa del Gustave y, como lo que le mostraron los muchachos le gustó mucho al Gustavito, les compró los derechos de autor junto con los planos. Luego la financió.
La torre es grande, alta, y al inicio tuvo 312,27 metros, luego 320,75 m cuando le agregaron la antena de transmisión de tv y actualmente tiene 317,96 metros. Está emplazada en los Campos de Marzo junto al Sena y frente al palacio del Trocadero también construido, en la misma época. La torre fue construida rápido en 2 años, 2 meses y 4 días por 250 obreros, y se inauguró el 31 de marzo 1889. Después tenia que ser desarmada y destruida en el 1909. ¡ Y se salvo de p...! Fue cuando descubrieron que ademas podía ser útil para la ciencia y militarmente, otorgándole otro plazo de 72 años. Hoy en día, será más difícil destruirla cuando finalice la nueva concesión de explotación ya que desde el 24 de junio de 1946 fue declarada Monumento Histórico y en el 1991 la Unesco la inscribió en su lista de Patrimonio Mundial.
Vale decir que en aquella época artistas de renombre como Dumas, Maupassant, Prudhomme y hasta el arquitecto Charles Garnier que unos años antes venía de construir la Opera de París, más un sector de la población, se opusieron violentamente a esta construcción con movilizaciones y publicaciones en contra del proyecto, porque decían que era un “candelabro hueco” o un “esqueleto sin gracia” y desfiguraba la imagen de París. Hoy en día es difícil imaginarse París sin la Torre Eiffel por donde pasan 6 millones de personas por año a visitarla aunque, de tanto en tanto, se murmure que habría que cambiarla de lugar para recompensar el turismo para otro sector de la ciudad.
Muchas cosas pasaron en esa torre. Pero la historia que me hace sonreír fue la de Victor Lusting que venía de leer en los diarios en el 1925 que la Torre podría ser pronto demolida, y con su cómplice Dan Collins deciden venderla. El falsifica papeles del ministerio de Correos y Telégrafos de quien dependía la gestión de la torre e invita las 5 compañías más importante de recuperación de fierro al hotel Crillon, frente a la plaza de la Concordia, y les explica que sólo el presidente, el ministro y el jefe de Gabinete están al corriente de esa operación. Uno de ellos se la compra pagando con un cheque una parte por adelantado más una “comisión” para los gobernantes. Por supuesto, una vez que cobraron los cheques se las tomaron para Australia donde se instalaron. Casi los agarra la policía francesa cuando volvieron a París para tratar de volver a venderla por segunda vez, pero también lograron escapárseles en barco para instalarse definitivamente en New York, USA.
Desde su creación la Torre Eiffel atrajo a los intrépidos y suicidas románticos. El primer loco fue Franz Reichelt que en el 1912 se largó desde el 1° piso, a unos 100 m de altitud, con un auto de su fabricación sujeto a un paracaídas también fabricado por él mismo. Por supuesto, se hizo bolsa contra el piso. El 24 de
febrero de 1926, después de una apuesta, Leon Collot reservista de la aviación francesa pasó con su avión por abajo de la Torre. Pero el tonto no vio que allí cerca había una antena que se llevó por delante y muere sin poder cobrar su apuesta. El último de los “accidentes” fue un inglés que el 24 de junio de 2012 saltó del 2° piso suicidándose por una historia romántica mal terminada.
Muchas cosas sucedieron en esa Torre y, según el “Quid” de 2006 ya se habían producido desde su creación hasta esa fecha 366 muertos. De allí que algunos franceses la llaman irónicamente “la torre de los muertos”
Pero no todo es negro con “la dama de fierro” como la denominan los parisinos. Los 1165 escalones que tiene la escalera del costado provoca desafio a los deportistas. Yves Lossuarn mantiene el récord de subirlas en 8 minutos y 51 segundos, y Yoggi, campeón de moto, la sube en 22 minutos sin haber puesto ninguno de sus pies en el suelo, hasta el lisiado Jérome Sue en el 2005 logra bajar toda la escalera en silla de ruedas.


Por mi lado, tengo que reconocer que yo no soy muy deportista que digamos. La vez que intenté subir por la escalera y no por los ascensores como todo el mundo, después de un buen esfuerzo de casi una hora, llegué al escalón 20 me senté y me puse a descansar fumando un cigarrillo.

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