lunes, 10 de mayo de 2010

Sobre la Minería y otras yerbas - Capítulo 2 - por J.C.Montenegro

Pachacuti Inca Yupanqui, IX emperador del Tawantisuyo, fue quien hizo del incanato un imperio, llegando su dominio desde el Ecuador hasta la zona del Maule. Su expansión estaba no solo ligada a la anexión de territorios, sino al aumento de su patrimonio económico, traducido en reservas de oro y plata.
De esta manera se entienden los Pucaras, fortificaciones que se localizan en los lugares estratégicos en donde realizaban cineración, siendo el más conocido por nosotros el de Tilcara.

Pero no es el único, aquí en la zona de Mendoza, esta el Pucara de Tambillo, de donde se domina el Valle de Uspallata, que es la puerta a Paramillos, lugar en donde los incas establecieron una extracción de oro y de plata, utilizando la mano de obra esclava de otras tribus sometidas en sus guerras de conquistas.
Es por eso que Diego de Almagro, se preocupó en consolidar el dominio español tan rápido, ya que la premisa era continuar con la explotación minera, solo cambiando el destino final del Cuzco a Madrid….., en resumen, el robo de los recursos naturales y especialmente mineros, no es exclusivo de las ultimas décadas, sino un continuo en nuestra historia.

Esto fue lo que promociono las expediciones de Solís y luego de Mendoza, por el estuario, llamado en un primer momento Mar Dulce y luego el Río de la Plata, y la promocionada “entrada increíble”, en la gobernación de Martínez de Irala, que dio origen a la leyenda de la “ciudad de los Césares”, ya que la expedición que llegó hasta el Valle de Conlara ( hoy San Luís ), estaba al mando del Capitán Francisco Cesar, que en sus escritos habló de una ciudad de oro y plata…., esto aumentado por parte del motín de pago por la vida de Atahualpa que nunca llegó al Cuzco, al enterarse quienes lo transportaban de la muerte del emperador en manos de los españoles y que según cuenta quedó enterrado en uno de los tantos piques mineros de la época.

Nace asi la región del “río de la plata”, que basa su riqueza en el contrabando y en la industria agro-ganadera, olvidando su génesis e histórica tradición minera.

Pocos y valientes casos de la defensa de nuestro patrimonio natural han dado la historia, el primer defensor del Patrimonio del Potosí, fue Castelli, enviado por la Junta para trasmitir nuestro levantamiento, pero por su voluptuosidad queda en aguas de borrajas….., el primer conato de defensa y levantamiento genuino se da con Juan Facundo Quiroga, nuestro querido Tigre de los Llanos, que se levanta contra el poder unitario y portuario, al enterarse que la “garantía” hecha en el primer endeudamiento sufrido por nuestra Patria con la banca Baring Brother, era nada más y nada menos que las minas de Famatina, un próspero emprendimiento regional, que quedaba ( y luego quedó ) en manos extranjeras, para el usufructo de un dinero exclusivo para Buenos Aires.

De ahí, que el tema “minero y de recursos naturales”, no es un tema menor, no solo desde el punto de vista económico, sino tambien socio – político, cultural y ambiental, por ello corresponde una reflexión sobre todos ellos, sino caeríamos en un simplismo, que nos llevaría a un análisis distorsionado y falso de la realidad.

En primer lugar, el análisis se debe hacer de cómo era la realidad de lo que hoy es nuestro país antes de la llegada del español….., viendo de esta manera que la columna de crecimiento se daba en las culturas andinas, que se encontraban ya en un periodo de urbanización, con desarrollo hilandero, metalúrgico, de agricultura y ganadería.

Con la creación de Buenos Aires, el impulso del contrabando que inundó a nuestro interior de mercaderías baratas, destrozando la hilandería, metalurgia demás industrias regionales, el centro de gravedad económico y político mudó, hacia el estuario, dejando la cordillera de los andes e instaurando un modelo de servicio comercial y de economía agrícola – ganadera, dejando de lado la sociedad participativa, para convertirla en una de clases.

En lo ambiental se abandonó la economía de mercado interno, que fomentaba el crecimiento regional equilibrado, para caer en una economía fuertemente concentrada y especulativa….., la minería tradicional, no solo era un polo de conglomerado cultural, sino de diversificación económica regional.

De esta manera, las provincias andinas, quedaron relajadas, por estar llenas de “cabecitas negras” y no ser aptas para las vacas y los productos agrarios para los gringos….., siendo hoy quienes guardan las verdaderas joyas de la abuela para el progreso sostenido y sustentable de la patria.

Por un lado por las riquezas de su ambiente físico y por otro por la diversidad biológica de tubérculos, oleaginosas, granos y plantas medicinales que tienen y a la que ahora se les esta dando su verdadera plusvalía.

Hoy la discusión es: ¿ minería metalífera si o no ?, levantándose voces de pueblos enteros ( que tienen su génesis en esta industria ), para mantener una calidad de vida (?)., lograda por la economía agrícola, en donde el 80 % de las personas movilizadas, son empleados de los dueños de la tierra, que defienden sus derechos económicos y no los intereses sociales de la región.

Quien escribe esto, desarrolla actividades ambientales desde 1992, como investigador, docente, consultor y actualmente en una empresa petrolera….., y en todo su camino, tanto afuera de la Patria, como en nuestro territorio, pudo observar que el desarrollo económico de una región iba de la mano de estos emprendimientos mineros, que se dieron en la época pre hispánica, algo durante la primera y segunda guerra mundial y con una planificación importante en los planes quinquenales del peronismo, que vieron que sin desarrollo minero no existía industria de base.

Por ello un si rotundo a la minería, pero cambiando el nefasto código minero hecho durante el menemato, en donde la industria minera pague impuestos reales y deje parte de sus ganancias en la Argentina.

En donde la industria minera realice un depósito de caución ambiental, por posibles daños y donde esté obligada a desarrollar los pueblos vecinos a sus emprendimientos.

Seguramente esto, seria un buen inicio para el despegue de las provincias andinas, como tambien el comenzar a pagar una deuda social, no con ayuda social basura, sino con un desarrollo real

JUAN CARLOS MONTENEGRO

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