

Este tipo de proceder creo un perfil de oyentes que estaba basado en su portabilidad. La gente no necesitaba estar sentado frente al aparato de imagen como lo es la tv ni debía concentrarse en la lectura como en el caso de los diarios, el oyente radial estaba en libertad y podía escuchar la radio continuando sus tareas cotidianas.
La gente puede escuchar la radio en su trabajo, otros la escuchan mientras riegan las plantas y hasta están aquellos que no la desenchufan ni cuando hacen un acercamiento a la ternura. Es decir que la radio no alteraba ni altera la vida cotidiana sino que la complementa. Y ningún medio puede competir con eso.
Sin embargo, así como la revolución industrial modificó el sistema productivo, económico, político y social de la humanidad, la aparición de Internet también es una revolución que viene alterando la propia sociedad y, sobretodo, a los medios de comunicación existentes. Internet rompe fronteras territoriales, sociales y culturales. En cuestión de minutos el internauta puede visitar Moscu, París o Buenos Aires enterándose de lo que sucede en esos lugares tanto cultural como políticamente. Esta instantaneidad de la información se aproximaba a la de radio en lo regional. Pero al incorporarse nuevas realidades tiende a modificar el perfil del oyente radial, ya no es un oyente que habla la misma lengua, que tiene sus mismas habitudes y costumbres como sucedía con las radios tradicionales, sino que la radio por internet es sintonizada en diferentes países que hablan, que se alimentan y hasta que viven de maneras diferentes y hasta con valores morales distintos. El comportamiento del oyente, que antes estaban acostumbrados a ponerse en contacto con su radio a través del teléfono hoy tiene que tener otra actitud.

Todo esto nos lleva a repensar que los cambios que se producen en el paisaje mediático a través de Internet produce una nueva relación entre el oyente y la radio. Es decir, se creo una nueva relación naturaleza/sociedad-cultura. El oyente que estaba acostumbrado a usar el teléfono para ponerse en contacto con la radio y muchas veces, con la aparición del celular, lo hacía desde afuera de su casa ya sea conduciendo un vehículo o caminado por la acera todavía le cuesta cambiar de actitud, porque la radio que el oyente está escuchando por Internet está transmitiendo desde otra ciudad o desde otro país, la persona debe tomar su pc para hacerlo a través de un email, de una sala de chat, del msn, de un foro o de una red social. Cualquiera fuere la forma de comunicación que quiera usar para conectarse con la radio debe dejar lo que está haciendo para dedicarle a eso un tiempo que no tiene previsto, aun cuando esté frente a su computadora y en la cual escucha la radio.
Si a esto se le suma que también la actitud de los hacedores de radio ha cambiado, puesto que al no haber reglamentación ya no son más profesionales sino que cualquier persona que cuente con un logiciel específico puede transmitir desde su casa, lleva a que los locutores o djs se preocupen más por sus ideas o gustos personales que por la institucionalidad de la radio o de sus propios oyentes con los cuales dicen comunicarse. Ya no se “transmite” sino que se “comparte” una idea personal o el gusto musical con el resto de las sociedades mundiales; pero, como antes han sido ellos mismos oyentes de radio, generalmente pretenden o buscan la misma interactividad que solían producir antes ellos mismos. El perfil del oyente inter regional e internacional no tiene la misma actitud que el oyente local.
Sin dudas, las radios por internet todavía están en un periodo de transición y se busca encontrar una metodología propia de acción donde puedan articularse los continentes y sus contenidos debido a la amalgama de culturas, de políticas y de gustos particulares. Dentro de este panorama democrático y complejo, sin dudas también, RBA es todo un desafió a la razón.