Desde que en Argentina, sobre el techo del teatro el Coliseo, el 27 de agosto de 1920, la Sociedad Radio Argentina lanzo su primera transmisión radial, hasta hoy en que se incorporó la www, mucha agua ha corrido bajo el puente radial.
Desde su creación muchas formulas se probaron. Al origen la radio era un medio al servicio de lo artístico. Contaba un 90% de arte con orquestas en vivo, teatro y ficción, y sólo el 10% restante se mezclaba con informaciones cotidianas. Pero cuando hizo su aparición la televisión y se decía que la radio llegaba a su fin como útil cultural y de comunicación masiva, la radio se revolvió en sus cenizas, modificó su estrategia y su política y se renovó transformándose en servicio informativo. La Radio tenía algo que los otros medios carecían: la casi simultaneidad de las acciones cotidianas de toda índole. Esta inmediatez de acción informativa no la podía tener la televisión ni tampoco los diarios en papel. La información se pasaba por teléfono y al mismo tiempo ya estaba en el aire al alcance de los oyentes.
Este tipo de proceder creo un perfil de oyentes que estaba basado en su portabilidad. La gente no necesitaba estar sentado frente al aparato de imagen como lo es la tv ni debía concentrarse en la lectura como en el caso de los diarios, el oyente radial estaba en libertad y podía escuchar la radio continuando sus tareas cotidianas.
La gente puede escuchar la radio en su trabajo, otros la escuchan mientras riegan las plantas y hasta están aquellos que no la desenchufan ni cuando hacen un acercamiento a la ternura. Es decir que la radio no alteraba ni altera la vida cotidiana sino que la complementa. Y ningún medio puede competir con eso.
Sin embargo, así como la revolución industrial modificó el sistema productivo, económico, político y social de la humanidad, la aparición de Internet también es una revolución que viene alterando la propia sociedad y, sobretodo, a los medios de comunicación existentes. Internet rompe fronteras territoriales, sociales y culturales. En cuestión de minutos el internauta puede visitar Moscu, París o Buenos Aires enterándose de lo que sucede en esos lugares tanto cultural como políticamente. Esta instantaneidad de la información se aproximaba a la de radio en lo regional. Pero al incorporarse nuevas realidades tiende a modificar el perfil del oyente radial, ya no es un oyente que habla la misma lengua, que tiene sus mismas habitudes y costumbres como sucedía con las radios tradicionales, sino que la radio por internet es sintonizada en diferentes países que hablan, que se alimentan y hasta que viven de maneras diferentes y hasta con valores morales distintos. El comportamiento del oyente, que antes estaban acostumbrados a ponerse en contacto con su radio a través del teléfono hoy tiene que tener otra actitud.
Si a esto se le suma que Internet también democratiza la radio, y le da un contenido de libertad que antes nunca se pudo hacer con los otros medios, produjo una explosión inmediata y aparecieron en el mundo entero millones de radios por Internet y hasta las propias radios normales que transmiten en FM y OL tuvieron que anexar una extensión hacia la www. El publico se diversificó y se fue agrupando por interés de géneros musicales, de deportes, de estamentos culturales y políticos. Entonces,controlar esta proliferación de radios por internet es muy difícil, se necesita mas que nada de la buena voluntad de los hacedores de radio que de las leyes que puedan regirlas, sobretodo cuando muchos países tiene sus propias metodologías y reglamentaciones internas que difieren mucho entre unos y los otros. No hace mucho conversando sobre este tema con un profesor de comunicaciones de la universidad de París, investigador en estudio radiales yo le preguntaba, qué reglamentación debía seguir una radio por internet cuando ya no usaba un estudio central de transmisión sino que cada programa se podía efectuar desde diferentes ciudades y diferentes países lo cual rompía el principio jurídico de que una ley es para un lugar y actos determinados. Su respuesta fue inmediata. “Se necesita de una reglamentación internacional que pueda regularlas, pero que no es fácil hacerla porque eso en alguna medida sería atentar contra la soberanía interna de cada país; por el momento sólo se intenta salvaguardar el respeto a la propiedad intelectual con los derechos de autores”.
Todo esto nos lleva a repensar que los cambios que se producen en el paisaje mediático a través de Internet produce una nueva relación entre el oyente y la radio. Es decir, se creo una nueva relación naturaleza/sociedad-cultura. El oyente que estaba acostumbrado a usar el teléfono para ponerse en contacto con la radio y muchas veces, con la aparición del celular, lo hacía desde afuera de su casa ya sea conduciendo un vehículo o caminado por la acera todavía le cuesta cambiar de actitud, porque la radio que el oyente está escuchando por Internet está transmitiendo desde otra ciudad o desde otro país, la persona debe tomar su pc para hacerlo a través de un email, de una sala de chat, del msn, de un foro o de una red social. Cualquiera fuere la forma de comunicación que quiera usar para conectarse con la radio debe dejar lo que está haciendo para dedicarle a eso un tiempo que no tiene previsto, aun cuando esté frente a su computadora y en la cual escucha la radio.
Si a esto se le suma que también la actitud de los hacedores de radio ha cambiado, puesto que al no haber reglamentación ya no son más profesionales sino que cualquier persona que cuente con un logiciel específico puede transmitir desde su casa, lleva a que los locutores o djs se preocupen más por sus ideas o gustos personales que por la institucionalidad de la radio o de sus propios oyentes con los cuales dicen comunicarse. Ya no se “transmite” sino que se “comparte” una idea personal o el gusto musical con el resto de las sociedades mundiales; pero, como antes han sido ellos mismos oyentes de radio, generalmente pretenden o buscan la misma interactividad que solían producir antes ellos mismos. El perfil del oyente inter regional e internacional no tiene la misma actitud que el oyente local.
Sin dudas, las radios por internet todavía están en un periodo de transición y se busca encontrar una metodología propia de acción donde puedan articularse los continentes y sus contenidos debido a la amalgama de culturas, de políticas y de gustos particulares. Dentro de este panorama democrático y complejo, sin dudas también, RBA es todo un desafió a la razón.