Mientras el clima continua cambiando por el efecto invernadero, es decir por la liberación de dióxido de carbono en la atmósfera por el uso indiscriminado de combustibles fósiles, esto realizado en casi un 80 % por los países más industrializados, en otras palabras por Estados Unidos, la Unión Europea, , Rusia, Japón, China y la India….., las mayores consecuencias en poco tiempo serán sentidas justamente por el 20 % de los países restantes, de cuyos recursos naturales se apropiaron y avasallaron a sus habitantes.
Hoy vamos en camino a que la superficie de estos países, entre ellos nuestra amada Argentina, resigne cada vez menos superficie para la producción de alimentos y se dedique más para la producción de trangénicos que son exportados hacia estos países del primer mundo o para la producción de biocombustibles, también que en su mayor parte serán exportados hacia los mismos puertos.
Nuestro campo, que ya no es nuestro sino de las multinacionales que cotizan en las bolsas, continúa siendo ajeno al país…., el patrón que describía José Hernández en su Martín Fierro, es el mismo “gringo” que hoy corta rutas, pensando en sus ganancias por el desierto verde sojero, que contribuye con las sequías, pues aunque no lo reconozca es un aporte al cambio climático en forma indirecta, de la misma manera de aquellos que siguen a las trasnacionales del seudo ambientalismo y no nos permiten un desarrollo minero real, alejándonos de la única matriz energética sustentable para un desarrollo industrial que está en la base de la energía atómica, que comienza en el desarrollo de la minería del uranio, minería a cielo abierto que nos quieren mostrar contaminante para que nuestros minerales sean reservas de este imperio asesino y decadente.
El aire no es gratis mis amigos, cada día lo pagamos más caro.
Lo pagamos en cuotas de contaminación ya que la mejor tecnología no esta reservada para nosotros, sino que la sustentan y la usan ellos, haciendo que nuestras ciudades sean cada día mas contaminadas y que las enfermedades respiratorias aumenten.
Aquellos que tenemos el privilegio de vivir cerca de las montañas, la pagamos viendo como desaparecen nuestros glaciares, ya sea por el aumento de la temperatura o por el saqueo de estas multinacionales, que sacan estas leyes antimineras luego que ellas están desarrollando las peores tecnologías en nuestras narices.
Es por ello, que lejos de sentirnos culpables por la contaminación que estamos sufriendo, debemos salir a reclamar por nuestro derecho al desarrollo, para que este bicentenario que en días más comenzaremos a transitar, nos lleve a la independencia en el uso de nuestros recursos y a la dignidad de crecer sustentablemente.
Juan Carlos Montenegro
No hay comentarios:
Publicar un comentario